Tengo el agrado de dirigirme a ustedes, con el fin de informarles que el Paisano Montiel tiene una cuenta en "FACEBOOK", Donde los espero para que mis visitantes y yo estrechemos mas aun nuestros lazos de amistad.
Sin otro particular, y agradeciendo a todos los visitantes, aprovecho la oportunidad , para saludarlos, con mi mas distinguida consideracion.
PAISANO MONTIIEL.
El rincon de los Pampas
Con el Paisano Montiel visita nuestros otros sitios www.larinconadapampa.blogspot.com www.paisanomontiel.blogspot.com
domingo, 6 de noviembre de 2011
RECORDAR EL DIA DE LA TRADICION.EL 10 DE NOVIEMBRE
La tradición.
La tradición es la primera forma de la historia. Desde la épocas más remotas las agrupaciones humanas sintieron la necesidad de prolongarse en sus usos y costumbres- que con el idioma son
Elementos fundamentales de un pueblo-, y como carecían de la expresión escrita, utilizaron el único medio a su alcance: El relato, trasmitido de padres a hijos, de los que saben a los que no saben, de viejos a jóvenes, no solo para capacitar a sus continuadores, si no también para dejar noticia de su paso por la vida y honrar perpetuar sus hechos, sus devociones, sus glorias.
Una tradición tiene indefectiblemente, un fondo de humildad con relación al desarrollo siempre creciente de los pueblos en el progreso y la cultura; los hijos, los nietos, cada una de las generaciones que van sucediéndose, asisten a transformaciones tan sorprendentes, a descubrimientos de tal magnitud científica, y a practicas de tanta novedad, que a buen seguro ni aun los hombres mas imaginativos de tiempos anteriores se hubieran atrevido a soñar siquiera.
Estos fenómenos, llamados de la civilización, hacen posibles que los pueblos nuevos por infiltración de otros elementos, otras costumbres, lleguen a cambiar en cuerpo y alma, que degeneren, poco a poco e insensiblemente, hasta adquirir una fisonomía espiritual extraña por completo a la de sus orígenes.
Eso ocurre cuando los pueblos nuevos olvidan su tradición, cuando se avergüenzan de ella, confundiendo humildad con inferioridad. Una tradición, por humilde que sea en sus diversas manifestaciones exteriores, nunca es inferior a otra; ambas tienen la misma jerarquía, el mismo valor, pese a sus diferencias aparentes; cada una construye una etapa en la formación social respectiva y es indivisible de esta, así como la niñez lo es de edades posteriores.
De ahí que los pueblos, todos los pueblos del mundo, cultiven y defiendan su tradición, que es defender y cultivar la propia personalidad, la característica que ha de distinguir a cada uno de todos los de mas. Para usar un símil bien gaucho, yo diría que la tradición es como la marca que establece la diferencia de propiedad en los ganados de nuestros campos.
Nicolás Avellaneda, aquel Agrn estadista, orador y escritor notable, y por sobre todo corazón profundamente sensible a lo argentino, escribió una vez estas admirables palabras, que deberían servir de pórtico y lema a nuestras instituciones: "Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos, y los que se elevan sobre sus tumbas gloriosas son los que mejor edifican el porvenir.TEXTO EXTRAIDO DEL LIBRO "la reivindicacion del gaucho" de Pedro Inchauspe.
Publicado por el Paisano Montiel
miércoles, 2 de noviembre de 2011
MIGUEL ANGEL CAO Y FELIX LUCAS AGUILERAS .(VALS CAMILA DE PERSICO)
Acá les dejo este vals de Pérsico interpretado con mucho profesionalismo por mis amigos , Miguel Ángel Cao y Félix Lucas Aguilera, asimismo cabe destacar el impecable y sentido recitado de su autor el Señor Pérsico. vaya desde aquí mis mas sentidas felicitaciones para ellos.
PAISANO MONTIEL
viernes, 21 de octubre de 2011
MERCEDES SOSA .
ESTE RASGUIDO DOBLE EL COSECHERO DE RAMON AYALA ES UNA VERDADERA OBRA .
PAISANO MONTIEL
domingo, 21 de agosto de 2011
22 DE AGOSTO DIA MUNDIAL DEL FOLCLORE
¿Qué es el folklore?
En el año 1846, el arqueólogo inglés William John Thoms, acuñó el término ¨folklore¨(folk: pueblo; lore: saber, ciencia), en todas las lenguas modernas.
La empleo por primera vez el 22 de agosto de ese año, en la revista ¨El Ateno¨ de Londres, para designar con ella el ¨saber popular¨, la sabiduría del pueblo no adquirida en las escuelas.
En esa misma ciudad, se fundó en el año 1878, la primera Sociedad Folklórica de carácter científico.
Se conceptúa al folklore, como la ciencia que trata de manifestaciones y creaciones colectivas, producidas en el pueblo y que en él se arraigan.
Tema que abarca: Usos, y costumbres, leyendas y supersticiones, música, danza, canciones, mitos, dichos, refranes, coplas, cantares, etc.
Para que un hecho sea considerado folklórico, debe ajustarse a una serie de condiciones, entre las que se destacan dos de primordial importancia.
1º) Que haya sido producido del pueblo en el anonimato, por el aporte colectivo de la gente;
2º) Que haya arraigado en el pueblo, sufriendo la prueba del tiempo.
Conceptos Generales
Eleonora Luisa Benvenuto
Se distingue como Folklore, a todas las manifestaciones espirituales y materiales que, cultivadas y mantenidas en el seno del pueblo, han llegado hasta hoy, a través de los años como expresiones propias del sentir de la nacionalidad.
Dentro de este concepto general caben denominaciones regionales comúnmente aceptadas. Así se cita como folklore cuyano al que se cultiva en San Juan, Mendoza, San Luis y parte de La Rioja; el folklore pampeano es el distintivo de Buenos Aires, La Pampa y sur de Córdoba y Santa Fe; el folklore norteño agrupa los cantos y danzas originarios de Santiago del Estero, norte de Córdoba y Santa Fe, y parte de Tucumán; el folklore andino o salteño, que involucra los que se cultivan en Salta, Jujuy, La Rioja, norte de Tucumán y Catamarca, existiendo aquí la denominación de folklore calchaquí para designar los motivos locales y, por último, el folklore correntino o guaraní, propio de Corrientes, norte de Entre Ríos, litoral del Chaco y Formosa y Misiones.
El área de influencia de cada folklore regional no está científicamente controlada, ni tampoco las citadas denominaciones obedecen a un ceñido estudio, sino que surgieron espontáneamente para diferenciar la procedencia de ciertos motivos, algunos similares entre sí. Un ejemplo de esto es el Gato, danza de la que se conocen variantes tales como el Gato correntino, el Gato santiagueño, el Gato catamarqueño, etc.
El folklore argentino no es un producto autóctono, es decir que no es la supervivencia de viejas prácticas aborígenes, sino que, en un elevado porcentaje, es resultado de la aclimatación de usos importados, correspondiendo la otra parte a motivos locales, que subsistieron a la conquista, pero que fueron fuertemente influenciados por las modalidades europeas.
Informe e investigación especial
ROBERTO CHIAPPINO
La palabra Folklore o Folclore (aceptada por la R.A.E.) que abrevia de alguna forma al termino “The lore of the people” (saber del pueblo) fue utilizada por primera vez por el Arqueólogo inglés William John Thoms (1803-1885), que con el seudónimo de Ambrose Merton, la publica en la revista londinense “Athenaeum”, el 22 de agosto de 1846. La palabra está compuesta por dos voces inglesas “Folk” (pueblo) y “lore” (saber, ciencia), para definir al saber popular, los conocimientos, usos y costumbres transmitidas de generación en generación, en definitiva lo que se transmite de boca en boca, que trasciende, se incorpora a nuestras costumbres y desconoce toda autoría.
Muchos fueron los términos que intentaron reemplazar a la palabra Folklore, todas buscando castellanizar el termino, “saber del pueblo”, “demosofía”, “tradición”, etc. Ninguno de ellos prosperó. Su consagración oficial se logró con la fundación de la Folk-lore Society (1878).
Según Bruno Jacovella: el Folklore es la Ciencia de la Cultura tradicional del pueblo entero dentro de la sociedad civilizada, concibiendo a esta dividida abstractamente en dos sectores: La sociedad instruida o culta y el pueblo propiamente dicho.
La palabra tradición según la Real Academia Española la define como la “transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas y costumbres transmitidas de generación en generación.
Para Ricardo Rojas (Eurindia) La tradición es la memoria colectiva de un pueblo y como tal llega a ser fundamento precioso de la nacionalidad. Ella contiene lo que cada generación trasmite a la siguiente, de donde le viene su nombre, pero ella no es tan sólo el pasado, según suele creerse, sino la razón del presente y fuente del porvenir” .
Para que un hecho reúna la esencia de lo folklórico debe cumplir con ser popular, tradicional, colectivo, funcional, empírico y los rasgos implícitos en los anteriores o que contemplan esta caracterización son: oralidad, anonimato, localización y transvasamiento.
Los hechos y fenómenos tradicionales del pueblo se manifiestan en diversos aspectos: Materiales: como son la vivienda, la vestimenta, la comida, los instrumentos musicales, etc.
Espirituales: como la música, la danza, los cuentos, leyendas, supersticiones, refranes, creencias, etc.
También hay que tener en cuenta las manifestaciones sociales, religiosas y estéticas.
En los últimos tiempos se ha discutido mucho sobre cuándo un hecho es folklórico o no.
Podemos clasificar estas características en:
Folklore tradicional: es toda manifestación realizada en el hábitad o lugar donde se genera el hecho.
Folklore de proyección: es cuando el hecho se traslada de su lugar de origen a un escenario o a otra región o un medio de comunicación. La falta de elementos regionales, vinculo orgánico y vital, la ausencia de motivaciones o de la circunstancia especial vivida en el momento por los músicos, bailarines, etc. Nos muestra que estamos en presencia de una proyección folklórica.
Folklore estilizado: las culturas precolombinas dibujaban un rombo u otras figuras geométricas en las pinturas rupestres, hoy interpretamos que podría se la representación de una pluma, conservando la esencia de lo que querían comunicar. Cuando el hecho es deformado o enriquecido pero conserva el mensaje, estamos frente a un folklore estilizado.
El Folclore
Reflexiones
Profesor: Diego García
Analicemos; Whilliams Thoms, inglés recolector de antigüedades, creó esta designación juntando dos voces sajonas: "folk"=pueblo, "lore"=sabiduría. "Sabiduría popular", "sabiduría del pueblo". No es poca cosa amigos.
Sabiduría del pueblo nacida sin ser dirigida, sin ser programada; nacida por ser "necesaria", fluyendo de la intercomunicación del hombre e imprimiendo profundos sentimientos de pertenencia e identificación.
Para ahondar en estos comportamientos culturales existe una metodología de investigación, un marco teórico; existe, por lo tanto, la ciencia del Folclore o la folclorología.
Podemos decir que el folclore es una puerta hacia el tiempo, un espacio sin edad, una historia que cantada y contada por la gente, va de cabeza en cabeza, de pierna en pierna, de corazón en corazón, y de lugar en lugar, haciéndose en cada instancia, nueva.
Podemos decir, también, que es un ojo invisible que ve, que observa acumulando, guardando.
A esta puerta temporal podemos ingresar desde el ahora, desde el sitio y el tiempo en que estemos, pues, aunque viene de allá atrás, desde el fondo del Hombre y de los años, en él se encuentra el "hoy", el "aquí".
Es ayer y niñez. Siempre está naciendo; no conoce la muerte, no cree en la muerte. Es experiencia y adolescencia, porque es un pasado que atravesado por el presente adquiere nueva significación. La adolescencia puede resignificar al abuelo cultural, por estar conociéndolo desde su lugar, desde su "aquí"; lo está comenzando a amar a través del conocimiento-sentido y del saber que existe y que puede comunicarse con él de igual a igual.
El tiempo ha transcurrido, el medio geográfico, histórico, social, etc., se ha transformado. El adolescente mira a los ojos del abuelo y le habla con sus palabras, con las que él más siente y más entiende.
Es comienzo y adultez. Su dinamismo -que es la vida- le confiere el más hermoso misterio al momento de madurar, cuando ha recorrido ya un tiempo y un camino, se choca con un niño que lo mira distinto y lo hace nacer nuevamente.
Este niño, que lo toma y lo carga en su mochila, le hace recorrer otro tiempo y otro camino. Ha nacido otra vez; otro es el tiempo, otro es el paisaje, hay un nuevo sentimiento, una nueva sonrisa, otra lágrima. Ha desafiado a la muerte.
Atahualpa, desde su camino, nos dice esto, cuando nombra al destino del canto:
"...Nadie los nombrará
serán lo anónimo
pero ninguna tumba
guardará su canto."
"...es bueno saber que lo folclórico es un comportamiento vivo y dinámico, en constante estado de transmisión..., de "tradicionalidad", pero cuidado, tradicionalidad que "se mueve" para llegar de un tiempo y un lugar a otro."
En nuestro diario hablar, folclore, es una palabra que da nombre a algo, la hemos recibido y la empleamos cargándola de un significado que cada uno tenemos incorporado y simbolizado en nuestra mente.
Esta carga significativa tiene que ver con nuestra historia personal y social, con nuestras vivencias. Tiene que ver con la manera en que hemos incorporado este concepto, a través de la educación familiar, de la educación institucional; de lo artístico, de lo emocional, de lo intelectual. Qué vivencia nos incorporó esta palabra y su significación en nuestro mundo simbólico.
Desde lo histórico, podemos informar que la palabra "folklore" fue creada por los románticos en Inglaterra; allí nació, en un contexto cultural del "mirar hacia atrás" (Romanticismo).
Pero, ojo, esto no nos dice que allí nació el folclore. Allí surgió la palabra que vino a dar nombre a algo que ya existía. ¿Solo a algo? o ¿a algo más? o ¿mucho más?
Analicemos; Whilliams Thoms, inglés recolector de antigüedades, creó esta designación juntando dos voces sajonas: "folk"= pueblo, y "lore"= sabiduría. "Sabiduría popular", "sabiduría del pueblo". No es poca cosa amigos.
Esto sucedía por 1846, un 22 de agosto, por tal razón se celebra en esta fecha el Día Internacional del Folclore.
Sabiduría del pueblo, nacida sin ser dirigida, sin ser programada, nacida por ser "necesaria", fluyendo de la intercomunicación del hombre e imprimiendo profundos sentimientos de pertenencia e identificación.
Para ahondar en estos comportamientos culturales, existe una metodología de investigación, un marco teórico; existe, por lo tanto, la ciencia del Folclore o la Folclorología.
Claro, entendemos entonces que es mucho más: es una palabra, un hecho cultural, una ciencia, y un comportamiento social.
Por lo tanto, cuando nos referimos a un hecho folclórico, debemos hacerlo desde una contextualización del fenómeno, de lo contrario, lo estamos "cosificando", "deshumanizando". El hecho en sí mismo no nos explica nada, no tiene funcionalidad; el folclore "desde el folclore mismo", desde el "folclorismo" no nos dice nada, está alejado del hombre que lo generó. La memoria del hecho está en su contexto histórico, social, político.
Esta palabrita de amplia significación, creada por don Guillermo Thoms, rotula a comportamientos culturales poseedores de determinadas
características que los distingue de otros hechos culturales. A su vez, la misma, da nombre a la ciencia antropológica social que estudia estos hechos culturales particulares.
La ciencia y su objeto de estudio se denomina de la misma manera, por tal razón, entre los estudiosos se ha acordado usar la mayúscula (Folklore) cuando se quiere hablar de la ciencia y la minúscula (folklore) cuando se trata del comportamiento socio-cultural (el material u objeto de estudio) .
Entonces, entendemos también, por qué razón desde otros planteos teóricos se postula la voz Folclorología para esta disciplina de estudio.
Lo de la "c" o la "k" para escribirla, se debe a que esta voz inglesa, folklore, pronunciada en inglés, pierde fonéticamente la "e" (folklor) como mucha gente, aún, la pronuncia; y a que esta voz, castellanizada, cambia la "k" por la "c".
Más allá de estas cuestiones teóricas, que se podrán ir profundizando progresivamente, es bueno saber que lo folclórico es un comportamiento vivo y dinámico, en constante estado de transmisión... ,de tradicionalidad", pero cuidado, tradicionalidad que "se mueve" para llegar de un tiempo y de un lugar a otro.
Por eso podemos mirar desde esta puerta temporal, y generar conocimientos y emociones a través de lo pedagógico y lo artístico.
Claro está, que también, de todo lo que hablamos anteriormente se desprende una proyección, una manera premeditada de expresar ideas y estéticas desde el arte, el arte criollo.
En el año 1846, el arqueólogo inglés William John Thoms, acuñó el término ¨folklore¨(folk: pueblo; lore: saber, ciencia), en todas las lenguas modernas.
La empleo por primera vez el 22 de agosto de ese año, en la revista ¨El Ateno¨ de Londres, para designar con ella el ¨saber popular¨, la sabiduría del pueblo no adquirida en las escuelas.
En esa misma ciudad, se fundó en el año 1878, la primera Sociedad Folklórica de carácter científico.
Se conceptúa al folklore, como la ciencia que trata de manifestaciones y creaciones colectivas, producidas en el pueblo y que en él se arraigan.
Tema que abarca: Usos, y costumbres, leyendas y supersticiones, música, danza, canciones, mitos, dichos, refranes, coplas, cantares, etc.
Para que un hecho sea considerado folklórico, debe ajustarse a una serie de condiciones, entre las que se destacan dos de primordial importancia.
1º) Que haya sido producido del pueblo en el anonimato, por el aporte colectivo de la gente;
2º) Que haya arraigado en el pueblo, sufriendo la prueba del tiempo.
Conceptos Generales
Eleonora Luisa Benvenuto
Se distingue como Folklore, a todas las manifestaciones espirituales y materiales que, cultivadas y mantenidas en el seno del pueblo, han llegado hasta hoy, a través de los años como expresiones propias del sentir de la nacionalidad.
Dentro de este concepto general caben denominaciones regionales comúnmente aceptadas. Así se cita como folklore cuyano al que se cultiva en San Juan, Mendoza, San Luis y parte de La Rioja; el folklore pampeano es el distintivo de Buenos Aires, La Pampa y sur de Córdoba y Santa Fe; el folklore norteño agrupa los cantos y danzas originarios de Santiago del Estero, norte de Córdoba y Santa Fe, y parte de Tucumán; el folklore andino o salteño, que involucra los que se cultivan en Salta, Jujuy, La Rioja, norte de Tucumán y Catamarca, existiendo aquí la denominación de folklore calchaquí para designar los motivos locales y, por último, el folklore correntino o guaraní, propio de Corrientes, norte de Entre Ríos, litoral del Chaco y Formosa y Misiones.
El área de influencia de cada folklore regional no está científicamente controlada, ni tampoco las citadas denominaciones obedecen a un ceñido estudio, sino que surgieron espontáneamente para diferenciar la procedencia de ciertos motivos, algunos similares entre sí. Un ejemplo de esto es el Gato, danza de la que se conocen variantes tales como el Gato correntino, el Gato santiagueño, el Gato catamarqueño, etc.
El folklore argentino no es un producto autóctono, es decir que no es la supervivencia de viejas prácticas aborígenes, sino que, en un elevado porcentaje, es resultado de la aclimatación de usos importados, correspondiendo la otra parte a motivos locales, que subsistieron a la conquista, pero que fueron fuertemente influenciados por las modalidades europeas.
Informe e investigación especial
ROBERTO CHIAPPINO
La palabra Folklore o Folclore (aceptada por la R.A.E.) que abrevia de alguna forma al termino “The lore of the people” (saber del pueblo) fue utilizada por primera vez por el Arqueólogo inglés William John Thoms (1803-1885), que con el seudónimo de Ambrose Merton, la publica en la revista londinense “Athenaeum”, el 22 de agosto de 1846. La palabra está compuesta por dos voces inglesas “Folk” (pueblo) y “lore” (saber, ciencia), para definir al saber popular, los conocimientos, usos y costumbres transmitidas de generación en generación, en definitiva lo que se transmite de boca en boca, que trasciende, se incorpora a nuestras costumbres y desconoce toda autoría.
Muchos fueron los términos que intentaron reemplazar a la palabra Folklore, todas buscando castellanizar el termino, “saber del pueblo”, “demosofía”, “tradición”, etc. Ninguno de ellos prosperó. Su consagración oficial se logró con la fundación de la Folk-lore Society (1878).
Según Bruno Jacovella: el Folklore es la Ciencia de la Cultura tradicional del pueblo entero dentro de la sociedad civilizada, concibiendo a esta dividida abstractamente en dos sectores: La sociedad instruida o culta y el pueblo propiamente dicho.
La palabra tradición según la Real Academia Española la define como la “transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas y costumbres transmitidas de generación en generación.
Para Ricardo Rojas (Eurindia) La tradición es la memoria colectiva de un pueblo y como tal llega a ser fundamento precioso de la nacionalidad. Ella contiene lo que cada generación trasmite a la siguiente, de donde le viene su nombre, pero ella no es tan sólo el pasado, según suele creerse, sino la razón del presente y fuente del porvenir” .
Para que un hecho reúna la esencia de lo folklórico debe cumplir con ser popular, tradicional, colectivo, funcional, empírico y los rasgos implícitos en los anteriores o que contemplan esta caracterización son: oralidad, anonimato, localización y transvasamiento.
Los hechos y fenómenos tradicionales del pueblo se manifiestan en diversos aspectos: Materiales: como son la vivienda, la vestimenta, la comida, los instrumentos musicales, etc.
Espirituales: como la música, la danza, los cuentos, leyendas, supersticiones, refranes, creencias, etc.
También hay que tener en cuenta las manifestaciones sociales, religiosas y estéticas.
En los últimos tiempos se ha discutido mucho sobre cuándo un hecho es folklórico o no.
Podemos clasificar estas características en:
Folklore tradicional: es toda manifestación realizada en el hábitad o lugar donde se genera el hecho.
Folklore de proyección: es cuando el hecho se traslada de su lugar de origen a un escenario o a otra región o un medio de comunicación. La falta de elementos regionales, vinculo orgánico y vital, la ausencia de motivaciones o de la circunstancia especial vivida en el momento por los músicos, bailarines, etc. Nos muestra que estamos en presencia de una proyección folklórica.
Folklore estilizado: las culturas precolombinas dibujaban un rombo u otras figuras geométricas en las pinturas rupestres, hoy interpretamos que podría se la representación de una pluma, conservando la esencia de lo que querían comunicar. Cuando el hecho es deformado o enriquecido pero conserva el mensaje, estamos frente a un folklore estilizado.
El Folclore
Reflexiones
Profesor: Diego García
Analicemos; Whilliams Thoms, inglés recolector de antigüedades, creó esta designación juntando dos voces sajonas: "folk"=pueblo, "lore"=sabiduría. "Sabiduría popular", "sabiduría del pueblo". No es poca cosa amigos.
Sabiduría del pueblo nacida sin ser dirigida, sin ser programada; nacida por ser "necesaria", fluyendo de la intercomunicación del hombre e imprimiendo profundos sentimientos de pertenencia e identificación.
Para ahondar en estos comportamientos culturales existe una metodología de investigación, un marco teórico; existe, por lo tanto, la ciencia del Folclore o la folclorología.
Podemos decir que el folclore es una puerta hacia el tiempo, un espacio sin edad, una historia que cantada y contada por la gente, va de cabeza en cabeza, de pierna en pierna, de corazón en corazón, y de lugar en lugar, haciéndose en cada instancia, nueva.
Podemos decir, también, que es un ojo invisible que ve, que observa acumulando, guardando.
A esta puerta temporal podemos ingresar desde el ahora, desde el sitio y el tiempo en que estemos, pues, aunque viene de allá atrás, desde el fondo del Hombre y de los años, en él se encuentra el "hoy", el "aquí".
Es ayer y niñez. Siempre está naciendo; no conoce la muerte, no cree en la muerte. Es experiencia y adolescencia, porque es un pasado que atravesado por el presente adquiere nueva significación. La adolescencia puede resignificar al abuelo cultural, por estar conociéndolo desde su lugar, desde su "aquí"; lo está comenzando a amar a través del conocimiento-sentido y del saber que existe y que puede comunicarse con él de igual a igual.
El tiempo ha transcurrido, el medio geográfico, histórico, social, etc., se ha transformado. El adolescente mira a los ojos del abuelo y le habla con sus palabras, con las que él más siente y más entiende.
Es comienzo y adultez. Su dinamismo -que es la vida- le confiere el más hermoso misterio al momento de madurar, cuando ha recorrido ya un tiempo y un camino, se choca con un niño que lo mira distinto y lo hace nacer nuevamente.
Este niño, que lo toma y lo carga en su mochila, le hace recorrer otro tiempo y otro camino. Ha nacido otra vez; otro es el tiempo, otro es el paisaje, hay un nuevo sentimiento, una nueva sonrisa, otra lágrima. Ha desafiado a la muerte.
Atahualpa, desde su camino, nos dice esto, cuando nombra al destino del canto:
"...Nadie los nombrará
serán lo anónimo
pero ninguna tumba
guardará su canto."
"...es bueno saber que lo folclórico es un comportamiento vivo y dinámico, en constante estado de transmisión..., de "tradicionalidad", pero cuidado, tradicionalidad que "se mueve" para llegar de un tiempo y un lugar a otro."
En nuestro diario hablar, folclore, es una palabra que da nombre a algo, la hemos recibido y la empleamos cargándola de un significado que cada uno tenemos incorporado y simbolizado en nuestra mente.
Esta carga significativa tiene que ver con nuestra historia personal y social, con nuestras vivencias. Tiene que ver con la manera en que hemos incorporado este concepto, a través de la educación familiar, de la educación institucional; de lo artístico, de lo emocional, de lo intelectual. Qué vivencia nos incorporó esta palabra y su significación en nuestro mundo simbólico.
Desde lo histórico, podemos informar que la palabra "folklore" fue creada por los románticos en Inglaterra; allí nació, en un contexto cultural del "mirar hacia atrás" (Romanticismo).
Pero, ojo, esto no nos dice que allí nació el folclore. Allí surgió la palabra que vino a dar nombre a algo que ya existía. ¿Solo a algo? o ¿a algo más? o ¿mucho más?
Analicemos; Whilliams Thoms, inglés recolector de antigüedades, creó esta designación juntando dos voces sajonas: "folk"= pueblo, y "lore"= sabiduría. "Sabiduría popular", "sabiduría del pueblo". No es poca cosa amigos.
Esto sucedía por 1846, un 22 de agosto, por tal razón se celebra en esta fecha el Día Internacional del Folclore.
Sabiduría del pueblo, nacida sin ser dirigida, sin ser programada, nacida por ser "necesaria", fluyendo de la intercomunicación del hombre e imprimiendo profundos sentimientos de pertenencia e identificación.
Para ahondar en estos comportamientos culturales, existe una metodología de investigación, un marco teórico; existe, por lo tanto, la ciencia del Folclore o la Folclorología.
Claro, entendemos entonces que es mucho más: es una palabra, un hecho cultural, una ciencia, y un comportamiento social.
Por lo tanto, cuando nos referimos a un hecho folclórico, debemos hacerlo desde una contextualización del fenómeno, de lo contrario, lo estamos "cosificando", "deshumanizando". El hecho en sí mismo no nos explica nada, no tiene funcionalidad; el folclore "desde el folclore mismo", desde el "folclorismo" no nos dice nada, está alejado del hombre que lo generó. La memoria del hecho está en su contexto histórico, social, político.
Esta palabrita de amplia significación, creada por don Guillermo Thoms, rotula a comportamientos culturales poseedores de determinadas
características que los distingue de otros hechos culturales. A su vez, la misma, da nombre a la ciencia antropológica social que estudia estos hechos culturales particulares.
La ciencia y su objeto de estudio se denomina de la misma manera, por tal razón, entre los estudiosos se ha acordado usar la mayúscula (Folklore) cuando se quiere hablar de la ciencia y la minúscula (folklore) cuando se trata del comportamiento socio-cultural (el material u objeto de estudio) .
Entonces, entendemos también, por qué razón desde otros planteos teóricos se postula la voz Folclorología para esta disciplina de estudio.
Lo de la "c" o la "k" para escribirla, se debe a que esta voz inglesa, folklore, pronunciada en inglés, pierde fonéticamente la "e" (folklor) como mucha gente, aún, la pronuncia; y a que esta voz, castellanizada, cambia la "k" por la "c".
Más allá de estas cuestiones teóricas, que se podrán ir profundizando progresivamente, es bueno saber que lo folclórico es un comportamiento vivo y dinámico, en constante estado de transmisión... ,de tradicionalidad", pero cuidado, tradicionalidad que "se mueve" para llegar de un tiempo y de un lugar a otro.
Por eso podemos mirar desde esta puerta temporal, y generar conocimientos y emociones a través de lo pedagógico y lo artístico.
Claro está, que también, de todo lo que hablamos anteriormente se desprende una proyección, una manera premeditada de expresar ideas y estéticas desde el arte, el arte criollo.
lunes, 18 de julio de 2011
SIXTO DOROTEO PALAVECINO
Sixto Palavecino
El 31 de marzo del año 1915, el monte santiagueño de la localidad de Barrancas, inserta en el departamento Salavina de la provincia madre de la República Argentina, escuchó el grito de un gauchito que nacía en un rancho de sus entrañas, con el que la familia Palavecino sumaba al fogón el tercer hijo varón, había nacido Sixto Palavecino, el "qari" que dedicaría su vida a la defensa del idioma quichua de sus ancestros, el que la difundiría a través de la poesía y la música y en toda la dimensión cultural. En la distribución familiar de las tareas campestres, a Sixto le hubo de tocar el cuidado de las majadas, que a horas tempranas de cada día partían desde los corrales hacia los lejanos pastizales, lugar donde permanecían hasta la caída del sol, horas en que retomaban la senda de regreso, no sin antes pasar por los pozos donde se baldeaba el brebaje.
En aquellos pastizales, el tiempo parecía viajar en una pesada carreta. El niño miraba a ratos el sol para orientarse del horario de regreso, mientras rondaba a su majada para evitar el dispersamiento y los posibles ataques del "daño", ellos son los carnívoros como el puma o el zorro que acechaban al tierno cordero desde la espesura del monte.
Cada ronda era así como la ubre que amamantaba al niño en su sapiencia campesina, que sin saberlo se preparaba para la gran misión difusora de todas esas cosas nuestras ante el gran público que lo admiraría.
El bosque encontró en él al investigador de sus esencias ocultas y la fauna se vio descubierta y estudiada en sus costumbres, vivencias éstas que en su justo momento valieron para cazarla con total prescindencia de armas, terreno en que se debaten la astucia del bicho con la inteligencia del hombre, y más tarde para elevarla en graciosa comparación con las conductas del hombre, tarea que solo pueden concretarla aquellos que observan con profundidad y que cuentan con la suficiente imaginación para ensamblarlas armónicamente en el escaso espacio de una estrofa.
De allí es que la conversación de Don Sixto es rica y subyugante cuando narra las picardías del zorro o del "champi", las estrategias de la iguana para hacerse del panal, las del gavilán para vulnerar el caparazón del "pichi", los hábitos de las "ñanarcaj" ataja caminos, de la lechuza o el gato montés, para dar algunos ejemplos. Fue en esas largas horas en que la sangre-música de los Palavecino, comenzó a hacer sentir en el niño que había llegado el momento de recurrir al instrumento. Estas ansias no se concretaban por la férrea oposición de su madre que no veía en los músicos la mejor ocupación y por ello lo privaba de acudir a los instrumentos de la casa. Esta actitud no hizo claudicar las inquietudes del "karisitu" –pastor- que flanquearía el obstáculo recurriendo a su habilidad artesanal.
Comenzó con aquellas viejas maderas de una mesa en desuso a moldear, con su inseparable facón, el violín que lo iniciaría en la música.
Aquel rústico violín que durante el día sorprendiera a los habitantes nativos del monte, quienes de pronto "escucharon" modificarse a su paisaje, y en el transcurso de la noche, formaba parte de los misterios, escondido en el hueco de un quebracho blanco que le serviría de estuche.
En esos escenarios montaraces, donde el rebaño pastaba bajo su cuidado, hubo de nacer el actual "violinisto-sachero", tal como se bautizara el protagonista para diferenciarse respetuosamente del músico académico. Una noche el violín y su dueño visitaron la casa materna. La cena concluyó y faltó coraje en el niño para presentar en familia su talento desconocido y su violín no aceptado. Sobreponiéndose a sus temores y apaciguando sus angustias, decidió enfrentar el momento, sorprendiendo a sus mayores con el acorde de una chacarera.
El talento pudo mas que la oposición, y es así como se impuso a las adversidades que, como por arte de magia, se rindieron al alumno del monte, quien traía en sus encantos la herencia otorgada a las generaciones posteriores por San Francisco Solano en su paso por Santiago. Es así como tuvo aceptación el músico y fue admirado el artesano.
A partir de allí, las veladas lugareñas danzaban al ritmo del violín del artista de 10 años.
El tiempo lo fue perfeccionando y la pluma comenzó a graficar sus sentimientos con la ayuda de numerosos músicos , como ser el autodidacta y compositor santiagueño Oscar Segundo Carrizo como llajtaymanta lloserani, y medio retobao, entre otros tantos , don Sixto que a la fecha suman más de trescientos temas.
El monte santiagueño encontró el descriptor y los animales se vieron desnudados en su astucia. Las obreras de la miel de palo parece que le regalaron un panal a su espíritu, a juzgar por la dulzura de sus temas e interpretaciones.
La precisión del afinado hizo pensar a muchos en pactos salamanqueros, a punto que Fabio Zerpa en la revista "Cuarta Dimensión" lo reporteó sobre estas presunciones. Otros, como el escritor Emilio Breda, lo consideran egresado de la "Universidad del Monte"; pero lo cierto es que Don Sixto es un autodidacta de la música, un enamorado de los instrumentos; y es ese gran amor el que lo dota de la suficiente voluntad para perfeccionarse diariamente, innovando conocimientos y repertorios.
Además del violín, ejecuta bandoneón, guitarra y bombo. Es oportuno mencionar que Don Sixto es exclusivo en cantar en dúo con su violín, virtud que ha sido ponderada por grandes ejecutantes de estos instrumentos. El año 1941 lo encuentra viviendo en Villa Salavina, distante 25 kilómetros de la localidad que lo vio nacer, constituido en matrimonio con Doña Argelia del Carmen Monte, quien le brindó un varón y dos niñas que desde temprana edad lo acompañaron en la conformación del conjunto "Sixto Palavecino y sus hijos", el conjunto más duradero de los formados por el mismo, con el cual ha de recorrer el país, representando a nuestra provincia y en los principales escenarios y medios de difusión como: el Estadio del Luna Park, el programa de televisión de Mancera, "Sábados Circulares", el programa radial de la otrora Chela Jordán de la recordada Radio Libertad y otros tantos de idéntica jerarquía que iban cimentando su personalidad en el folclore y haciendo cada vez más sólido su norte, la defensa de la lengua y la cultura quichua.
Con este conjunto, Don Sixto grabaría, en el sello RCA-Víctor, su primer doble duración para orgullo de los santiagueños, ya que para esa época no eran muchos los representantes que alcanzaban esta distinción, lo cual lo lanzaba al mercado nacional. Sixto ingresa aquí al campo profesional de la música y hasta 1969 ha de grabar tres dobles, reeditados por el éxito de la venta, convertidos ese año en un larga duración. Hoy se sigue escuchando ese picaresco gatito "Agrede soy rizongón", tema que lo popularizó en esa época.
Las naturales obligaciones de sus hijos desvanecen la actividad del conjunto. Don Sixto se aferra a su violín -hasta este momento dirigía él mismo y ejecutaba el bandoneón- lanzándose como solista.
La mayoría de sus temas serían una mixtura de "castilla y quichua", "overitos" como él los llama, método tendiente a facilitar al público la interpretación de las letras y sin duda, para ir acostumbrando a los oídos a escuchar la lengua desterrada y oficialmente prohibida, en estos momentos de la historia. Al pregonero del quichua y su cultura no le basta la actividad que desarrollaba hasta el momento. Su espíritu inquieto le indicaba que debía procurar un espectro de difusión más amplio, pero la razón le advertía el duro camino a recorrer.
Es que la realidad puntualmente le demostraba en hechos los grandes escollos a superar. Para entonces el Quichua se encontraba en vías de extinción; el hablante sufría, ocultaba su lengua a consecuencia de la nefasta prohibición gubernamental, que se extendía a la totalidad de las escuelas provinciales como también a las dependientes de la Nación. El puntero bajaba autoritario sobre el niño-quichua obligándolo a sustituir su idioma de origen por el castellano y el sermón diario del maestro le iba haciendo sepultar su lengua al punto de crearle la sensación de vergüenza y de subdesarrollo. El mismo Sixto dirá, en una chacarera doble, en valiente testimonio de la censura "Avergonzado vivía" para declarar, ya en el éxito de reivindicación, quizás documentando la concientización popular, "Que cante en Quichua, me dicen".
Así las cosas planteadas escuetamente, corría el año 1969 cuando Don Sixto se apersona en la vieja emisora Radio del Norte de Santiago del Estero –L.V. 11- ante el Director interino Don Alberto Pérez (Huesito), a quien le expresara el alcance de sus deseos: pedía una audición quichua para la difusión del idioma y de la cultura quichua; quería llegar a sus hermanos quichuahablantes e indicarles el camino de la reivindicación; deseaba fervientemente transmitir su propio orgullo a través de la onda radial y propagar desde la cuna al país este verdadero sentimiento de identidad nacional.
Don Alberto Pérez entendió el propósito y en valerosa y patriótica decisión autorizó la iniciación de la misma que a la fecha ha cumplido sus 26 años de audiciones ininterrumpidas. Y es por esto, que en pleno reconocimiento de Don Sixto Palavecino, el ciclo 1991 llevó el nombre del ex-director a quien además se le hizo entrega de un pergamino de reconocimiento en claro testimonio a aquella histórica decisión asumida.
Fue distinguido unos dias antes de su deceso con el título Doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Rosario, la más alta distinción académica que es otorgada a quienes que con empeño y dedicación a largo de toda una vida contribuyen a la cultura, la ciencia, las artes y letras, etc. El Dr. Sixto Palavecino, sencillo y humilde, en su última aparición pública y movilizado en una silla de ruedas, le dijo a un grupo de periodistas: “Miren a lo que llegó el sacherito santiagueño, ahora dicen que soy doctor honoris causa”.
Hoy el quichua ocupa el nivel que soñaron sus defensores tales como Don Sixto; el Profesor Domingo Bravo; los poetas Vicente Salto y Felipe Corpos y todos aquellos identificados con estas raíces. Tras una breve dolencia falleció en su Santiago del Estero natal un 24 de abril de 2009 a los 94 años.
Últimos días
El estado de salud del poeta, músico y cantor no era el mejor. Hacía varias semanas que estaba internado en un instituto privado, en el cual se lo atendía por sus problemas cardíacos.
El artista estaba con asistencia respiratoria mecánica, internado en el área de Terapia Intensiva del Instituto Cardiológico en estado delicado y con pronóstico reservado. Hace pocos días había sido sometido a una cirugía en la que se le colocó un stent debido a dificultades cardiológicas que afectaban su salud. Tras ello, una dolencia pulmonar complicó nuevamente su estado, el cual se había tornado irreversible en las primeras horas de esta jornada.
En el que fue el último parte médico de la salud de Don Sixto, el Dr. Luis Orellana había explicado el desmejoramiento progresivo que la salud del quichuista evidenció en las últimas 24 horas. A pesar de la asistencia respiratoria, los órganos del artista dejaron de funcionar y habían tornado irreversible el estado de salud.
La inesperada noticia se conoció el viernes 24 de abril de 2009 al mediodía. Sixto no pudo reponerse y falleció cerca de las 18 horas.
El 31 de marzo del año 1915, el monte santiagueño de la localidad de Barrancas, inserta en el departamento Salavina de la provincia madre de la República Argentina, escuchó el grito de un gauchito que nacía en un rancho de sus entrañas, con el que la familia Palavecino sumaba al fogón el tercer hijo varón, había nacido Sixto Palavecino, el "qari" que dedicaría su vida a la defensa del idioma quichua de sus ancestros, el que la difundiría a través de la poesía y la música y en toda la dimensión cultural. En la distribución familiar de las tareas campestres, a Sixto le hubo de tocar el cuidado de las majadas, que a horas tempranas de cada día partían desde los corrales hacia los lejanos pastizales, lugar donde permanecían hasta la caída del sol, horas en que retomaban la senda de regreso, no sin antes pasar por los pozos donde se baldeaba el brebaje.
En aquellos pastizales, el tiempo parecía viajar en una pesada carreta. El niño miraba a ratos el sol para orientarse del horario de regreso, mientras rondaba a su majada para evitar el dispersamiento y los posibles ataques del "daño", ellos son los carnívoros como el puma o el zorro que acechaban al tierno cordero desde la espesura del monte.
Cada ronda era así como la ubre que amamantaba al niño en su sapiencia campesina, que sin saberlo se preparaba para la gran misión difusora de todas esas cosas nuestras ante el gran público que lo admiraría.
El bosque encontró en él al investigador de sus esencias ocultas y la fauna se vio descubierta y estudiada en sus costumbres, vivencias éstas que en su justo momento valieron para cazarla con total prescindencia de armas, terreno en que se debaten la astucia del bicho con la inteligencia del hombre, y más tarde para elevarla en graciosa comparación con las conductas del hombre, tarea que solo pueden concretarla aquellos que observan con profundidad y que cuentan con la suficiente imaginación para ensamblarlas armónicamente en el escaso espacio de una estrofa.
De allí es que la conversación de Don Sixto es rica y subyugante cuando narra las picardías del zorro o del "champi", las estrategias de la iguana para hacerse del panal, las del gavilán para vulnerar el caparazón del "pichi", los hábitos de las "ñanarcaj" ataja caminos, de la lechuza o el gato montés, para dar algunos ejemplos. Fue en esas largas horas en que la sangre-música de los Palavecino, comenzó a hacer sentir en el niño que había llegado el momento de recurrir al instrumento. Estas ansias no se concretaban por la férrea oposición de su madre que no veía en los músicos la mejor ocupación y por ello lo privaba de acudir a los instrumentos de la casa. Esta actitud no hizo claudicar las inquietudes del "karisitu" –pastor- que flanquearía el obstáculo recurriendo a su habilidad artesanal.
Comenzó con aquellas viejas maderas de una mesa en desuso a moldear, con su inseparable facón, el violín que lo iniciaría en la música.
Aquel rústico violín que durante el día sorprendiera a los habitantes nativos del monte, quienes de pronto "escucharon" modificarse a su paisaje, y en el transcurso de la noche, formaba parte de los misterios, escondido en el hueco de un quebracho blanco que le serviría de estuche.
En esos escenarios montaraces, donde el rebaño pastaba bajo su cuidado, hubo de nacer el actual "violinisto-sachero", tal como se bautizara el protagonista para diferenciarse respetuosamente del músico académico. Una noche el violín y su dueño visitaron la casa materna. La cena concluyó y faltó coraje en el niño para presentar en familia su talento desconocido y su violín no aceptado. Sobreponiéndose a sus temores y apaciguando sus angustias, decidió enfrentar el momento, sorprendiendo a sus mayores con el acorde de una chacarera.
El talento pudo mas que la oposición, y es así como se impuso a las adversidades que, como por arte de magia, se rindieron al alumno del monte, quien traía en sus encantos la herencia otorgada a las generaciones posteriores por San Francisco Solano en su paso por Santiago. Es así como tuvo aceptación el músico y fue admirado el artesano.
A partir de allí, las veladas lugareñas danzaban al ritmo del violín del artista de 10 años.
El tiempo lo fue perfeccionando y la pluma comenzó a graficar sus sentimientos con la ayuda de numerosos músicos , como ser el autodidacta y compositor santiagueño Oscar Segundo Carrizo como llajtaymanta lloserani, y medio retobao, entre otros tantos , don Sixto que a la fecha suman más de trescientos temas.
El monte santiagueño encontró el descriptor y los animales se vieron desnudados en su astucia. Las obreras de la miel de palo parece que le regalaron un panal a su espíritu, a juzgar por la dulzura de sus temas e interpretaciones.
La precisión del afinado hizo pensar a muchos en pactos salamanqueros, a punto que Fabio Zerpa en la revista "Cuarta Dimensión" lo reporteó sobre estas presunciones. Otros, como el escritor Emilio Breda, lo consideran egresado de la "Universidad del Monte"; pero lo cierto es que Don Sixto es un autodidacta de la música, un enamorado de los instrumentos; y es ese gran amor el que lo dota de la suficiente voluntad para perfeccionarse diariamente, innovando conocimientos y repertorios.
Además del violín, ejecuta bandoneón, guitarra y bombo. Es oportuno mencionar que Don Sixto es exclusivo en cantar en dúo con su violín, virtud que ha sido ponderada por grandes ejecutantes de estos instrumentos. El año 1941 lo encuentra viviendo en Villa Salavina, distante 25 kilómetros de la localidad que lo vio nacer, constituido en matrimonio con Doña Argelia del Carmen Monte, quien le brindó un varón y dos niñas que desde temprana edad lo acompañaron en la conformación del conjunto "Sixto Palavecino y sus hijos", el conjunto más duradero de los formados por el mismo, con el cual ha de recorrer el país, representando a nuestra provincia y en los principales escenarios y medios de difusión como: el Estadio del Luna Park, el programa de televisión de Mancera, "Sábados Circulares", el programa radial de la otrora Chela Jordán de la recordada Radio Libertad y otros tantos de idéntica jerarquía que iban cimentando su personalidad en el folclore y haciendo cada vez más sólido su norte, la defensa de la lengua y la cultura quichua.
Con este conjunto, Don Sixto grabaría, en el sello RCA-Víctor, su primer doble duración para orgullo de los santiagueños, ya que para esa época no eran muchos los representantes que alcanzaban esta distinción, lo cual lo lanzaba al mercado nacional. Sixto ingresa aquí al campo profesional de la música y hasta 1969 ha de grabar tres dobles, reeditados por el éxito de la venta, convertidos ese año en un larga duración. Hoy se sigue escuchando ese picaresco gatito "Agrede soy rizongón", tema que lo popularizó en esa época.
Las naturales obligaciones de sus hijos desvanecen la actividad del conjunto. Don Sixto se aferra a su violín -hasta este momento dirigía él mismo y ejecutaba el bandoneón- lanzándose como solista.
La mayoría de sus temas serían una mixtura de "castilla y quichua", "overitos" como él los llama, método tendiente a facilitar al público la interpretación de las letras y sin duda, para ir acostumbrando a los oídos a escuchar la lengua desterrada y oficialmente prohibida, en estos momentos de la historia. Al pregonero del quichua y su cultura no le basta la actividad que desarrollaba hasta el momento. Su espíritu inquieto le indicaba que debía procurar un espectro de difusión más amplio, pero la razón le advertía el duro camino a recorrer.
Es que la realidad puntualmente le demostraba en hechos los grandes escollos a superar. Para entonces el Quichua se encontraba en vías de extinción; el hablante sufría, ocultaba su lengua a consecuencia de la nefasta prohibición gubernamental, que se extendía a la totalidad de las escuelas provinciales como también a las dependientes de la Nación. El puntero bajaba autoritario sobre el niño-quichua obligándolo a sustituir su idioma de origen por el castellano y el sermón diario del maestro le iba haciendo sepultar su lengua al punto de crearle la sensación de vergüenza y de subdesarrollo. El mismo Sixto dirá, en una chacarera doble, en valiente testimonio de la censura "Avergonzado vivía" para declarar, ya en el éxito de reivindicación, quizás documentando la concientización popular, "Que cante en Quichua, me dicen".
Así las cosas planteadas escuetamente, corría el año 1969 cuando Don Sixto se apersona en la vieja emisora Radio del Norte de Santiago del Estero –L.V. 11- ante el Director interino Don Alberto Pérez (Huesito), a quien le expresara el alcance de sus deseos: pedía una audición quichua para la difusión del idioma y de la cultura quichua; quería llegar a sus hermanos quichuahablantes e indicarles el camino de la reivindicación; deseaba fervientemente transmitir su propio orgullo a través de la onda radial y propagar desde la cuna al país este verdadero sentimiento de identidad nacional.
Don Alberto Pérez entendió el propósito y en valerosa y patriótica decisión autorizó la iniciación de la misma que a la fecha ha cumplido sus 26 años de audiciones ininterrumpidas. Y es por esto, que en pleno reconocimiento de Don Sixto Palavecino, el ciclo 1991 llevó el nombre del ex-director a quien además se le hizo entrega de un pergamino de reconocimiento en claro testimonio a aquella histórica decisión asumida.
Fue distinguido unos dias antes de su deceso con el título Doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Rosario, la más alta distinción académica que es otorgada a quienes que con empeño y dedicación a largo de toda una vida contribuyen a la cultura, la ciencia, las artes y letras, etc. El Dr. Sixto Palavecino, sencillo y humilde, en su última aparición pública y movilizado en una silla de ruedas, le dijo a un grupo de periodistas: “Miren a lo que llegó el sacherito santiagueño, ahora dicen que soy doctor honoris causa”.
Hoy el quichua ocupa el nivel que soñaron sus defensores tales como Don Sixto; el Profesor Domingo Bravo; los poetas Vicente Salto y Felipe Corpos y todos aquellos identificados con estas raíces. Tras una breve dolencia falleció en su Santiago del Estero natal un 24 de abril de 2009 a los 94 años.
Últimos días
El estado de salud del poeta, músico y cantor no era el mejor. Hacía varias semanas que estaba internado en un instituto privado, en el cual se lo atendía por sus problemas cardíacos.
El artista estaba con asistencia respiratoria mecánica, internado en el área de Terapia Intensiva del Instituto Cardiológico en estado delicado y con pronóstico reservado. Hace pocos días había sido sometido a una cirugía en la que se le colocó un stent debido a dificultades cardiológicas que afectaban su salud. Tras ello, una dolencia pulmonar complicó nuevamente su estado, el cual se había tornado irreversible en las primeras horas de esta jornada.
En el que fue el último parte médico de la salud de Don Sixto, el Dr. Luis Orellana había explicado el desmejoramiento progresivo que la salud del quichuista evidenció en las últimas 24 horas. A pesar de la asistencia respiratoria, los órganos del artista dejaron de funcionar y habían tornado irreversible el estado de salud.
La inesperada noticia se conoció el viernes 24 de abril de 2009 al mediodía. Sixto no pudo reponerse y falleció cerca de las 18 horas.
ZAMBA QUIPILDOR
La Revista Destellos le dedica un lugar importante a Zamba Quipildor.
_____________________________________________________
--BIOGRAFÍA--
En 1969, en Salta, tenía una carnicería. Iba por la mañana en motocarga y vendía carne a las peñas. Y en esas mismas peñas actuaba por la noche.
Las naturales aptitudes para el canto que acompañaron desde muy joven a Zamba Quipildor, lo impulsaron en 1969 a iniciarse profesionalmente. Fue entonces cuando se radicó en Buenos Aires y empezó a configurarse un nombre respetable en el folklore nacional. Una época prolífica, en que se sucedieron actuaciones continuas en todos los medios y cuando comenzó a forjar un público propio que se identifica con su personal estilo.
A los 27 años, en la Peña Los Gauchos de Güemes lo escuchó el doctor Carlos Mandri, un alto ejecutivo de una empresa de autos alemanes. Luego de su actuación le ofreció llevarlo a Buenos Aires.
Se presentó en varios locales. Después fue al Festival de Piriápolis, en Uruguay. Ahí ganó tres premios. Posteriormente sacó su primer larga duración.
Inmediatamente, el centro de la República Argentina escucha su voz. Cosquín albergó a un Quipildor munido de sueños, y por supuesto, de su guitarra. Y el enero serrano cordobés, comparte la altura que van cobrando sus primeras canciones.
Es allí cuando bagualas, zambas, chacareras, gatos y escondidos, todos de su producción, invaden el pensamiento folklórico, que coincidentemente vive una interesante euforia nativa. Y a todo ese buen folklore, naturalmente, hoy podemos recordarlo, sólo con la tarea de recurrir a diarios y revistas de la época.
A partir de 1972 Zamba Quipildor es aplaudido por las palmas de otras latitudes: Madrid, Sevilla, París, Roma, Milán, Venecia, Nápoles, Alemania, Suiza, Bélgica, Holanda, etc. El fervor es notable, y no es la última vez que ocurre.
En 1974 actuó frente a las cámaras de la televisión alemana, en oportunidad de realizarese el Campeonato Mundial de Fútbol. También, en otra destacada labor, cantó "La Misa Criolla" junto a Ariel Ramírez y el Coro Madrigalista de Bucarest.
Desde su triunfo en Italia (1974) como solista, ha cosechado los halagos del éxito, pues además pues de abarcar el paisaje latinoamericano con su voz, tiene la piel de América.
Como cantante solista Zamba Quipildor lleva registrados numerosos discos de larga duración para beneplácito de sus admiradores de Argentina y del mundo.
--MISA CRIOLLA--
La baguala es el canto por antonomaia de las provincia del noroeste de la Argentina y, a través de sus coplas, hombre y mujeres de la región expresan la más extensa gama de sentimientos, deseos y opiniones que involucran a la vida toda. Zamba Quipildor nació y siendo él, muy pequeño, sus padres se trasladaron a la provincia de Salta, donde creció entre bagualeros.
Pertenece a una familia campesina y fue en especial su padre, cantor de raza, quien le transmitió la profunda sabiduría que requiere la auténtica expresión de la canción popular tradicional.
Sus condiciones naturales para el canto lo impulsan en 1969 a iniciar una carrera profesional y se radica en Buenos Aires, dando lugar a una serie de actuaciones jalonada de éxitos y reconocimientos.
En 1974 Ariel Ramírez lo escucha por primera vez y lo incorpora como solista para su Misa Criolla, originalmente escrita para dos voces, dado que Zamba Quipildor podría interpretarla en virtud de su peculiar tono de voz y amplio registro.
El debut se produce al año siguiente en el Festival Internacional de Música de Sorrento, y sigue una extensa gira recorriendo varias ciudades de Italia con el Coro Madrigalista de Bucarest, culmina con una memorable presentación en la Basílica de Santa Sabina de Roma, ante 2000 espectadores. Desde entonces se ha presentado en distintos escenarios del mundo; en Alemania, Francia, España: de dicho país en Barcelona (en el Palau de la Música Catalana) y en Madrid en los Teatros de la Zarzuela, el Español, Nuevo Apolo y otros; en la U.R.S.S., en el Teatro Bolshoi de Moscú y continúa la gira, por Leningrado, Kiev, Yalta, Rosov, Riga, etc.
Israel (Sala Tomas Mann de Tel Aviv), Estados Unidos en Avery Fisher may y Cameggie may de Nueva Cork. Asimismo goza en su país de una amplia popularidad y en el que ha tenido la suerte de vivir muchos momentos emocionantes, pero uno se destacó y fue el día de la presentación en el Coliseo Mayor de Argentina, el Teatro Colón de Buenos Aires.
En 1991, después de muchos años de interpretarla en vivo, logra concretar otro anhelo deseo, y graba para una empresa franco-argentina “Misa Criolla.
Se lo reconoce como un cantor popular de excepcionales dotes, que ha logrado interpretar la música vocal de las variadas regiones de su país, sin alterar su particular colorido.
_____________________________________________________
--BIOGRAFÍA--
En 1969, en Salta, tenía una carnicería. Iba por la mañana en motocarga y vendía carne a las peñas. Y en esas mismas peñas actuaba por la noche.
Las naturales aptitudes para el canto que acompañaron desde muy joven a Zamba Quipildor, lo impulsaron en 1969 a iniciarse profesionalmente. Fue entonces cuando se radicó en Buenos Aires y empezó a configurarse un nombre respetable en el folklore nacional. Una época prolífica, en que se sucedieron actuaciones continuas en todos los medios y cuando comenzó a forjar un público propio que se identifica con su personal estilo.
A los 27 años, en la Peña Los Gauchos de Güemes lo escuchó el doctor Carlos Mandri, un alto ejecutivo de una empresa de autos alemanes. Luego de su actuación le ofreció llevarlo a Buenos Aires.
Se presentó en varios locales. Después fue al Festival de Piriápolis, en Uruguay. Ahí ganó tres premios. Posteriormente sacó su primer larga duración.
Inmediatamente, el centro de la República Argentina escucha su voz. Cosquín albergó a un Quipildor munido de sueños, y por supuesto, de su guitarra. Y el enero serrano cordobés, comparte la altura que van cobrando sus primeras canciones.
Es allí cuando bagualas, zambas, chacareras, gatos y escondidos, todos de su producción, invaden el pensamiento folklórico, que coincidentemente vive una interesante euforia nativa. Y a todo ese buen folklore, naturalmente, hoy podemos recordarlo, sólo con la tarea de recurrir a diarios y revistas de la época.
A partir de 1972 Zamba Quipildor es aplaudido por las palmas de otras latitudes: Madrid, Sevilla, París, Roma, Milán, Venecia, Nápoles, Alemania, Suiza, Bélgica, Holanda, etc. El fervor es notable, y no es la última vez que ocurre.
En 1974 actuó frente a las cámaras de la televisión alemana, en oportunidad de realizarese el Campeonato Mundial de Fútbol. También, en otra destacada labor, cantó "La Misa Criolla" junto a Ariel Ramírez y el Coro Madrigalista de Bucarest.
Desde su triunfo en Italia (1974) como solista, ha cosechado los halagos del éxito, pues además pues de abarcar el paisaje latinoamericano con su voz, tiene la piel de América.
Como cantante solista Zamba Quipildor lleva registrados numerosos discos de larga duración para beneplácito de sus admiradores de Argentina y del mundo.
--MISA CRIOLLA--
La baguala es el canto por antonomaia de las provincia del noroeste de la Argentina y, a través de sus coplas, hombre y mujeres de la región expresan la más extensa gama de sentimientos, deseos y opiniones que involucran a la vida toda. Zamba Quipildor nació y siendo él, muy pequeño, sus padres se trasladaron a la provincia de Salta, donde creció entre bagualeros.
Pertenece a una familia campesina y fue en especial su padre, cantor de raza, quien le transmitió la profunda sabiduría que requiere la auténtica expresión de la canción popular tradicional.
Sus condiciones naturales para el canto lo impulsan en 1969 a iniciar una carrera profesional y se radica en Buenos Aires, dando lugar a una serie de actuaciones jalonada de éxitos y reconocimientos.
En 1974 Ariel Ramírez lo escucha por primera vez y lo incorpora como solista para su Misa Criolla, originalmente escrita para dos voces, dado que Zamba Quipildor podría interpretarla en virtud de su peculiar tono de voz y amplio registro.
El debut se produce al año siguiente en el Festival Internacional de Música de Sorrento, y sigue una extensa gira recorriendo varias ciudades de Italia con el Coro Madrigalista de Bucarest, culmina con una memorable presentación en la Basílica de Santa Sabina de Roma, ante 2000 espectadores. Desde entonces se ha presentado en distintos escenarios del mundo; en Alemania, Francia, España: de dicho país en Barcelona (en el Palau de la Música Catalana) y en Madrid en los Teatros de la Zarzuela, el Español, Nuevo Apolo y otros; en la U.R.S.S., en el Teatro Bolshoi de Moscú y continúa la gira, por Leningrado, Kiev, Yalta, Rosov, Riga, etc.
Israel (Sala Tomas Mann de Tel Aviv), Estados Unidos en Avery Fisher may y Cameggie may de Nueva Cork. Asimismo goza en su país de una amplia popularidad y en el que ha tenido la suerte de vivir muchos momentos emocionantes, pero uno se destacó y fue el día de la presentación en el Coliseo Mayor de Argentina, el Teatro Colón de Buenos Aires.
En 1991, después de muchos años de interpretarla en vivo, logra concretar otro anhelo deseo, y graba para una empresa franco-argentina “Misa Criolla.
Se lo reconoce como un cantor popular de excepcionales dotes, que ha logrado interpretar la música vocal de las variadas regiones de su país, sin alterar su particular colorido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)